Es probable que al decidir comprar una pieza de ibérico te hayas planteado la posibilidad de elegir un jamón deshuesado. Por ejemplo, porque resulta más sencillo de guardar en casa. Pero, ¿te compensa? ¿Se ajusta a lo que buscas? En este post, te mostramos pros y contras del jamón ibérico deshuesado para que puedas tomar la decisión más acorde a tus gustos y necesidades.
Piezas enteras (con hueso), deshuesadas y en lonchas
Si el jamón deshuesado está aún envasado al vacío, la respuesta es muy sencilla: en la nevera, de manera que evite la luz y los cambios bruscos de temperatura. Una vez que lo vayamos a consumir, se sacará con tiempo de la nevera y se sacará del envoltorio para que recupere temperatura y respire. Esto lo haremos siempre que esté refrigerado, pero especialmente al tratarse de vacío, pues necesita más aún la oxigenación para mostrar todos sus aromas.
Una vez abierto, si nos queda bastante por consumir y vamos a tardar en hacerlo, se puede volver a envasar al vacío.
De lo contrario, la forma ideal de conservar una pieza de jamón deshuesado que no se ha consumido es dentro de un tupper o fiambrera y protegido por papel film. De esta manera, se evita toda contaminación de olores y sabores de la nevera, pero también que se seque.
Una pregunta habitual en la conservación del jamón es si se puede congelar. La respuesta es que sí, aunque realmente no suele ser algo necesario: bien guardado en nevera puede aguantar sin problemas 3-4 meses, mientras que al vacío se extiende hasta el medio año.
En caso de tener muy claro que no se va a consumir en una larga temporada, se puede meter en el congelador, pero siguiendo también la citada combinación de film y tupper. Lo que ocurrirá es que la pieza o las lonchas se oscurecerán ligeramente, pero apenas se perderán matices si se congela y descongela correctamente.
Entonces, ¿cómo debe descongelarse el jamón deshuesado? En un proceso lento, dando tiempo a la pieza para ir ganando temperatura poco a poco. Del congelador pasará a la nevera y, cuando esté a su temperatura, lo sacaremos al exterior para recuperar del todo su textura y aromas óptimos.
Un método de conservar el jamón bastante habitual en los hogares que se debe evitar es a temperatura ambiente y protegido, únicamente, por un trapo o un paño. Esto provoca que la pieza suelte grasa, empapando la tela, por lo que pierde justo lo que la conserva en buen estado. Si bien en un jamón serrano deshuesado algunas personas no notarán cambios, un jamón ibérico de calidad se verá muy afectado.
Esperamos que con todas estas claves puedas valorar con mayor conocimiento si el jamón deshuesado es la mejor opción para ti. Si decides comprarlo, recuerda que en IberGour puedes elegir el número de piezas en que lo deseas y lo recibirás envasado de manera óptima para su conservación. Echa un vistazo a nuestros jamones ibéricos y si te surge cualquier duda, ¡ponte en contacto con nosotros!