Según una investigación de la cátedra de Porcinotecnia, de la Facultad de Ciencias Agrarias de la Universidad de Buenos Aires (UBA), el ejercicio que realizan los cerdos al aire libre y el pastoreo de forrajes de alta calidad actúan favorablemente sobre la calidad de la carne. Si se los compara con los criados en confinamiento, los animales engordados a campo presentan en su grasa más ácidos grasos insaturados y de mayor valor nutracéutico. Además, proporcionan mayor rendimiento de cortes magros y tendrían menor estrés al momento del sacrificio.