Numerosos medios de comunicación publican hoy que China acuerda la apertura de su mercado a los productos cárnicos españoles.
El Ministerio ha cosechado un gran éxito, pues se prevé que en los próximos 10 años China sea uno de los principales importadores de carne de España. En el sector del jamón ibérico hay optimismo, pero también piden cierta cautela. Los chinos consumen cerdo y ya mostraron mucho interés por el jamón en el último Congreso Mundial del Jamón de (Salamanca, abril 2007), pero apenas se conoce el mercado asiático. Parece ser que el target inicial será el de los 30 millones de millonarios con que cuenta el gigante asiático (de 1.300 millones de habitantes), porque para el nivel adquisitivo de la inmensa mayoría de chinos les haría falta el sueldo completo de 3 o 4 meses para comprar un buen jamón ibérico de bellota.
A pie de calle, la opinión más generalizada es que el precio del jamón subirá tanto por las exportaciones a EEUU, Japón y China que será intocable. En realidad, el problema está con el jamón ibérico de bellota, que sólo puede ser producido en unas zonas muy concretas de la península (Extremadura, Guijuelo, Córdoba y Huelva). La producción está limitada a la superfície de dehesa disponible, por lo que seguramente el precio de los jamones y paletillas de máxima calidad experimentará una importante subida. El ecosistema de la dehesa es único en el mundo y hasta la fecha no ha podido reproducirse en ninguna otra parte.
No obstante, el jamón serrano y el curado no tienen esta limitación, al ser alimentados en granjas a base de piensos. Actualmente, de hecho, muchos de estos jamones proceden de cerdos engordados en otros países, como Polonia. Y pronto en China, claro.